A partir de su último libro «Jóvenes pistoleros», el periodista e investigador Juan Cristóbal Peña, contrastó la realidad de los antiguos guerrilleros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, con la subversiva «primera línea» que surgió del estallido social en octubre del 2019.
El retorno a la democracia en la década de los 90, no sólo garantizó la continuidad del modelo neoliberal impuesto en dictadura, sino que también, silenció las injusticias y demandas sociales que fueron oprimidas por la violencia política.
Este es el período histórico que retrata «Jóvenes pistoleros: violencia política en la transición», la última publicación del periodista e investigador, Juan Cristóbal Peña.
La novela de no ficción protagonizada por el exguerrillero, Ricardo Palma Salamanca y su pareja Miska Brzovic, revela las motivaciones y el modus operandi del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), organización armada que marcó la historia reciente de Chile ajusticiando a políticos y policías.
«Me parecía importante reivindicar, honrar y darle dignidad a las personas que participaron de la lucha armada contra la dictadura, porque es una historia que fue clausurada y denostada por la prensa conservadora y tradicional», explica el cronista en entrevista con Periodismo UCN.
La historia se repite
Luego de 30 años sosteniendo la Constitución heredada por el régimen dictatorial, nuevamente se desata «una suerte de rebelión popular ante la situación política«, comenta el ex director de la Escuela de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado.
«En la actualidad se está cuestionando duramente el modelo que por años fue ejemplar en el mundo», sostiene Peña, y agrega que el estallido social «coincide con la épica guerrillera, revolucionaria e insurgente que protagonizaron los jóvenes a fines de los 80».
Es por ello que a partir del 18 de octubre del 2019, «cambia el paradigma y la forma de mirar los movimientos subversivos que pusieron las armas contra este modelo político», afirma el académico.
La «primera línea» y los nuevos relatos de resistencia
Desde el inicio del estallido social, la figura de la «primera línea» ha resaltado por su rol combativo frente a la represión policial, resguardando con su presencia a miles de manifestantes que luchan por demandas en común.
En este contexto, Juan Cristóbal plantea que «existe una gran distancia entre lo que es la primera línea hoy, y lo que fue la resistencia armada en tiempos de transición a la democracia».
«La diferencia es que la primera línea no toma la posta de símbolos, consignas ni banderas, sino que propone un nuevo relato sobre causas comunes», afirma el periodista colaborador de Ciper.
En cuanto a la violencia como respuesta al descontento social, el investigador plantea que «es un cauce de reacción más pasional que racional frente a una presión que se incuba por años. Por lo tanto, es inevitable», concluye.