«Develar la resistencia al cambio que presenta el sistema formativo, es fundamental para modificar la cultura académica que sostiene la segregación de género y ralentiza la paridad en la industria minera del 2050», expresó la académica de Periodismo UCN durante el encuentro Compliance Chile.
Una exitosa ponencia sobre desafíos en temas de género y educación presentó la académica de la Escuela de Periodismo UCN, Dra. Paulina Salinas, quien formó parte del panel de expertas en el encuentro internacional «Desafíos para el compliance en materia de género y diversidad: Gestión del cambio», organizado por el Capítulo Chileno de la World Compliance Association (WCA).
La autora del libro «Mujer y Cobre: Cultura e ideología minera en el norte grande de Chile», presentó una síntesis de la línea de investigación que ha desarrollado en su extensa trayectoria profesional, relevando la importancia de incorporar la perspectiva de género en espacios laborales y de formación educativa tanto universitaria como técnica.
«En la actualidad, la industria minera se plantea para el año 2050 desafíos estratégicos que están directamente relacionados con la sostenibilidad a nivel social, económico y ambiental», introdujo Salinas y añadió que algunos de los desafíos propuestos, «tienen que ver con revertir la escasez hídrica y energética, reducir costos de producción, y poner atención en la formación del capital humano. Aquí es donde aparece la equidad de género como un objetivo transversal».
Participación de la mujer en minería
En la instancia, la experta en estudios de género también dio a conocer que «la minería en sus orígenes era a pequeña escala y artesanal; un rubro de tecnología rudimentaria basada en la fuerza física y altamente contaminante». Sin embargo, «la tecnología y la globalización llevó a Chile nuevos proyectos mineros transnacionales, y con ello, nuevas practicas organizacionales», indicó Salinas.
Parte de estas influencias en las nuevas prácticas corporativas provinieron de Australia, país pionero en incorporar mujeres en el rubro minero.
«En Chile los avances comienzan en el 2014, cuando el Estado asumió el compromiso con el Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género, consolidando la norma Sistemas de Gestión de Igualdad de Género y Conciliación de la Vida Laboral, Familiar y Personal (NCh3262-2012)», impulsada principalmente por Codelco.
Perspectiva de género
«Hace 20 años atrás era impensable que las mujeres se plantearan la autonomía económica como un tema central en su proyección laboral», indicó la académica. «Esto fue una transformación importante porque abrió las puertas a la jefatura femenina, un pilar fundamental para lograr la paridad de género», añadió.
Este fenómeno supuso un cambio en «el entramado de factores que construyen la identidad de género de las personas». Bajo esta perspectiva, «es muy importante el análisis de discursos de las y los actores presentes no sólo en la industria minera, sino que también en los sistemas de formación de carreras mineras».
«El lenguaje es un vehículo importante y es una representación de la realidad. Son códigos que configuran las identidades de hombres y mujeres, plasmando las estructuras de género que circulan en la sociedad con poca interacción y debate», enfatizó la doctora en Ciencias Sociales.
Desafíos educación superior
A partir de los resultados de diversas investigaciones FONDECYT, la académica explicó que «existe una alta segregación tanto horizontal como vertical en el sistema de educación superior».
«En las carreras STEM la participación femenina todavía es considerablemente baja, las mujeres corresponden sólo al 23%», señaló Salinas y agregó que «estas cifras en el marco general son muy bajas frente a lo que se requiere para los cambios sociales que enfrenta el mundo».
El concepto de «pedagogías invisibles» fue clave para comprender «cómo se transmite la discriminación de género entre docentes, estudiantes y funcionarios en los espacios de la educación superior».
La académica ejemplificó este fenómeno explicando que «existen concepciones sesgadas y conductas machistas que se replican en la formación de geólogas, técnicas en maquinaria pesada, ingenieras, entre otras profesiones». Por consecuencia, «hay una resistencia al cambio y no se están potenciando las habilidades necesarias para que estas profesionales puedan entrar y quedarse en la industria».
«Hemos entrevistado a estudiantes mujeres, hombres, jefes de carrera, docentes , para mirar el fenómeno desde todas las perspectivas. Con los resultados concluimos que existe un desacople entre las iniciativas de la industria y las de la educación superior», expresó Salinas.
«Creo con convicción que la industria está mucho más acelerada en relación a los cambios que está enfrentando las universidades acreditadas, que presentan una resistencia frente a las transformaciones que se requieren», añadió la académica.
La doctora concluyó su ponencia con una idea fuerza que explica la necesidad de «abordar las dimensiones patriarcales que subyacen en estas disciplinas, donde el modelo de poder masculino prevalece como una identidad inamovible en la educación superior minera».
«Develar las resistencias del sistema formativo es fundamental para modificar la cultura académica oculta que sostiene la segregación y ralentiza la paridad en la industria minera del 2050», puntualizó.