El reconocido comunicador y egresado de Periodismo UCN, se refirió a la candidatura que impulsaron sus pares para convertirlo en el merecedor del galardón que define al mejor periodista deportivo de Chile.
Con más de 50 años de trayectoria profesional en el rubro, el distinguido periodista y editor antofagastino, Ramón Reyes Arancibia, es uno de los candidatos nominados al Premio Nacional de Periodismo Deportivo, histórico galardón otorgado cada año por el Círculo de Periodistas Deportivos de Chile (CPD).
Apasionado por la esencia del deporte y el periodismo de calidad, sus inicios como reportero se remontan al año 1972, cuando aún era estudiante de la Escuela de Comunicación Social de la entonces Universidad del Norte. En aquellos tiempos, Ramón reporteaba junto a sus pares Lorenzo Reyes, Nesko Teodorovic y René Cortes para el programa «Galería Deportiva» de la ex Radio de la Universidad Técnica del Estado.
Carrera profesional
Encantado por sus primeros acercamientos y aprendiendo junto a destacados referentes como el Premio Nacional de Periodismo Deportivo, Homero Ávila Silva, la carrera profesional de Ramón se dispara al éxito en prensa escrita y radial, dejando huellas por su intachable trabajo en emisoras de Arica (Radio FM U. del Norte), Antofagasta (Nacional y Minería) y Santiago, además de ser corresponsal de medios como La Nación y Las Ultimas Noticias.
El periodista senior también colaboró con La Estrella del Norte, El Mercurio de Antofagasta y Calama, hasta que en 1986 decide aventurarse con nuevos desafíos en la capital, donde se consagró como Jefe de Deportes y de Redacción en la recordada revista «Triunfo» de La Nación. Posteriormente, la distinguida y experimentada pluma de Reyes llegó hasta el Diario La Tercera, lugar donde cumplirá 25 años de trayectoria como periodista de la Edición Nocturna y de LaTercera.com.
-Considerando tu destacada trayectoria y entrega como periodista deportivo ¿Cómo surge esta pasión y cuáles fueron los referentes que te inspiraron?
-Surge desde la pasión que me provocó el deporte desde la niñez y que se prolongó en la juventud, tanto en su práctica (fútbol, principalmente) y la faceta de espectador frecuente de todos los eventos nacionales e internacionales de esta hermosa actividad, tan valiosa para la salud física y mental de las personas, el cultivo de valores y su contribución a la fraternidad y en paz entre los pueblos. Y a la par, asiduo lector de diarios y revistas -costumbre familiar- y auditor diario de programas deportivos. En ellos fui encontrando personajes relevantes y que fui admirando, como don Homero Ávila Silva, con larga trayectoria en El Mercurio de esa ciudad y profesor de nuestra Escuela-, el periodista y profesor Tonko Obilinovic, Manuel Lagos Celedón, el mejor relator deportivo que ha tenido el Norte Grande, y varios otros profesionales.
Trayectoria sindical
Con una profunda vocación de servicio y liderazgo, el también ganador del Premio a la Trayectoria (2003), desarrolló importantes labores sindicales en defensa de los derechos y el bienestar de sus colegas. En este contexto, Reyes se desempeñó como Presidente y tesorero del Consejo Regional Antofagasta del Colegio de Periodistas de Chile; asumió como Director del Círculo de Periodistas Deportivos de Chile, y es socio del Círculo de Periodistas de Santiago desde hace más de 25 años.
Reyes también se desempeñó como tesorero, secretario y presidente por más de 15 años del Sindicato N°3 de Periodistas del Grupo Copesa, además de ser Vicepresidente de la Federación de Trabajadores de las Comunicaciones, la Gráfica y Servicios Conexos (Fetracose).
-¿En tu experiencia qué desafíos tanto profesionales como personales deben enfrentar los periodistas deportivos en Chile?
-Mi memoria de título -debe estar en la biblioteca de la universidad- se refirió al eterno dilema si los periodistas nacen o se hacen. En esa discusión fui entendiendo que para ejercer el periodismo o la comunicación social en su más amplia concepción, hay que tener condiciones y talentos naturales. Y así sucedió con los más insignes periodistas de nuestro país, los que no pasaron por las aulas universitarias, pero que descollaron en los medios, crearon escuelas de periodismo y organismos gremiales. Sin embargo, ellos mismos entendieron que el ejercicio periodístico necesitaba un nivel superior y que debía obtenerse en una carrera. Primero fueron tres, luego cinco (entre ellas Periodismo UN/UCN) y ahora ya son cerca de 50 escuelas en el país.
No obstante, el periodismo siempre ha sufrido con el ejercicio ilegal, lo que se manifiesta especialmente en regiones y en estos tiempos en los grandes canales de televisión de la capital, y en especial a los dedicados al deporte. Con el argumento que son más bien shows televisivos se ha dado rienda a la participación de exfiguras del fútbol profesional, restándole decenas de cupos de trabajo a los profesionales del periodismo. Esto siempre existió con personajes señeros como Sergio Livingstone o Alberto «Tito» Fouillioux, con paso por otras carreras universitarias y que enaltecieron la actividad. Pero hoy existe un ejercicio desatado con personas que en algunos casos destacaron en el fútbol pero que no cuentan con ninguna formación en la comunicación social, y otros -la mayoría- que no poseen ninguno de estos méritos. Y esto también se observa en otros ámbitos de la televisión y radio, lo que estrecha aún más el campo laboral para una profesión que sufre un alta precariedad laboral, con bajos sueldos y cesantía. Duele decirlo, pero es la realidad.
El apoyo de sus colegas
Frente a su admirable trayectoria, sus colegas de distintas regiones e incluso países, testigos de su entrega y vocación, consideran que Ramón Reyes es indudablemente merecedor del Premio Nacional de Periodismo Deportivo, entregando públicamente su apoyo para que así sea.
«Ramón es un periodista de intachable conducta y como dirigente de su gremio un duro y tenaz combatiente por los justos derechos de sus colegas y compatriotas», expresó Mario Fernández Guevara, periodista peruano y ex reportero de «El Comercio». «Ramón con justicia lo merece porque soy un convencido que los homenajes a los hombres de bien se les debe dar en vida», añadió Fernández.
«Como nortino llamo a apoyar al periodista Ramón Reyes para obtener el premio Nacional de Periodismo Deportivo», expresó el colega Eduardo Veragua, quien trabajó con él en El Mercurio de Calama en los años 80. «Junto a un gran equipo periodístico lo tuvimos como jefe demostrando siempre su vocación y servicio público», añadió Veragua.
Por su parte, el colega Ernesto Ponce expresó que «Ramón merece el premio por la amplia gama de escenarios y medios que ha recorrido con mucha humildad y siempre al frente de los trabajadores».
-¿Cómo te sientes con la iniciativa de colegas que admiran tu trabajo y te proponen como candidato al Premio nacional de Periodismo deportivo?
-Siempre me pregunto si hice bien o no al venirme a Santiago, porque mi desarrollo profesional en la capital no ha estado exento de momentos muy duros, con una altísima competencia entre pares y en la que afloran muchas veces los conflictos en las relaciones laborales. Y también he vivido momentos complejos en lo familiar, pero siento que fue una decisión acertada porque trabajar en la capital me permitió un mayor crecimiento profesional, tener nuevas experiencias y ser partícipe de los eventos más relevantes del deporte nacional e internacional.
Acá recién supe lo que era viajar fuera del país y conocí los viáticos. Y en todos estos años, en los lugares que estuve, traté de labrar el respeto, la amistad y una buena relación con mis compañeros de trabajo, que con el tiempo varios se convirtieron en amigos. Y eso lo constato hoy cuando levantan mi nombre para el Premio Nacional de Periodismo Deportivo, expresando palabras de apoyo que agradezco y valoro de corazón. Más si soy de una vertiente del periodismo, como lo es el periodismo escrito, cuyos cultores son tan anónimos para la gente, al revés de quienes se desempeñan en radio o televisión. Salvo que uno sea don Julio Martínez, pero el maestro es irrepetible.
-¿Hay algo que quisieras agregar?
-Sólo agradecer a mi querida Universidad, a mi Escuela de Periodismo, a los profesores que me formaron con el faro guiador del Maestro Andrés Sabella, a mis padres que se esforzaron para convertirme en el primer universitario de la familia, a los centenares de compañeros de trabajo y amigos, muchos de los cuales hoy me brindan tan significativas palabras para apoyarme en alcanzar el premio mayor luego de 50 años en el periodismo. Para mi ya es un triunfo en mi vida personal y profesional, más allá que obtenga o no tan anhelado galardón.