Estudiante de periodismo oriunda de María Elena, llegará hasta Europa gracias a la movilidad estudiantil
Daylinne Tabalí, quien acaba de culminar sus estudios de octavo semestre, está próxima a cumplir uno de sus grandes sueños: estudiar en el extranjero. Gracias a la movilidad estudiantil que ofrece la Universidad Católica del Norte, la futura periodista cursará un semestre en la Universidad de Sevilla, en España.
Su viaje está programado para los primeros días de septiembre, periodo en el que se instalará en la ciudad y conocerá su próxima casa de estudios, coordinando todo para el inicio de clases el día 11 del mismo mes, su estadía se extenderá hasta febrero de 2024. Alegrías, miedos y desafíos de esta aventura, las conversamos con Daylinne.
¿Cuál fue tu motivación para irte de intercambio?
Mi motivación principal es que siempre he querido viajar y hacer la conexión con mi carrera, quiero culturizarme con otros países, otras vivencias. Yo como consejo, les digo a las personas que quieran postular, que se atrevan, que confíen en sus sueños, aunque uno no se dé cuenta, anhelar tanto algo, la vida te da la oportunidad de cumplirlo, las posibilidades se abren totalmente, si es lo que quieren, lo van a lograr. No tengan miedo al proceso de documentación, de postulación, el llamado que hago es a no quedarse con el deseo o las ganas de querer postular que se atrevan y que la oportunidad está siempre presente para que la puedan tomar.
¿Cuál fue la mayor dificultad que encontraste en el proceso?
La motivación siempre estuvo, pero es verdad que el proceso a veces a uno lo desanima, pero no tanto cuando uno ya está seleccionado para el intercambio, sino que la postulación, lo previo, muchas veces detiene a los jóvenes de la Universidad a lograr la movilidad, esto porque piden varios requisitos, documentación, algunas cartas de motivación. Intenté muchas veces, me acuerdo que cuando inicié este proceso, iba como en segundo año de periodismo, pero teníamos que tener al menos el tercer año aprobado, esperé el tiempo, trataba de postular y después ya me desanimaba y dejaba la postulación a la mitad, hasta que este año dije voy a lograr postular hasta el final, realicé toda la documentación, la entregué dentro del tiempo y se logró.
¿Cuál fue el rol de la Escuela de Periodismo en este proceso de movilidad estudiantil?
En lo personal, el jefe de carrera, José Luis Villalobos, fue uno de los gatillantes para tomar la decisión, él me ayudó mucho en ese sentido. El año pasado, tenía una clase con él, donde nos motivaba a postular a la movilidad estudiantil, nos entregaba todas las posibilidades para que nosotros postuláramos, siempre le pedí ayuda al profe, porque nos pedía que le enviáramos correo para que él nos apoyara con el acuerdo de estudios. Muchas veces, desanimada le decía, profe son muchas postulaciones a veces no tengo mucho acceso a poder conseguirla, y él me decía no Daylinne tienes que conseguirla y seguir. Entonces ya, me animaba nuevamente para continuar, pensaba, el miedo o incluso la flojera que da el hacer documentación no me la puede ganar a lo que puede hacer un cambio en mi futuro.
¿Qué sientes en lo personal y familiar al irte tan lejos y por tanto tiempo?
Viajar ha sido un sueño siempre, siento que pertenezco a otros lugares, mi vida no se engloba solo en un espacio, siempre he sentido ese imán que me atrae para ir a otros lugares. Pero cuando llegó la noticia, nunca me imaginé cómo lo iba a tomar en la parte emocional, y sí me afectó mucho porque cuando le conté a mi familia por primera vez, a pesar de que ellos saben el sueño que tengo, el cariño siempre es más, los papás siempre les da miedo que los hijos se vayan, entonces el primer día cuando les conté lo primero que hicieron fue llorar, todos lloraban en casa y les tuve que contar online, entonces yo por acá también lloraba, no sabía qué hacer, ya se había logrado el primer paso y ahora había que seguir con el proceso. Ya con el tiempo ellos se han ido informando, van tomando más confianza, con el tiempo, he ido calmando esa parte emocional, pero no quiere decir que no me aterre ese momento, porque, aunque sienta emoción también siento ese miedo o nostalgia a dejar a mi familia.